Share
Google+LinkedInPinterest

Hacia un nuevo apocalip-sys

Securus Mundi

Han vuelto al escenario las controversias en torno a los relojes que actualmente utilizan muchas de nuestras computadoras, aunque la oleada de especulaciones ahora gira alrededor del denominado “Efecto 2038”.

Por Enrique Escobar

Enrique Escobar

Enrique Escobar

En el baúl de los recuerdos nos encontramos con la paranoia provocada hace unos ayeres por el cambio de milenio y sus repercusiones dentro del mundo de las TIC; nos referimos expresamente al llamado “Error del 2000”, también conocido como “Efecto Y2K”, cuyas presuntas secuelas invitaban a pensar en una nueva versión del Apocalipsis y obedecían a un error técnico que afectaría a las computadoras que codificaban los años con los dos últimos dígitos, por lo cual la llegada del 2000 podría interpretarse como 1900 y, en consecuencia, se desataría la anarquía en prácticamente todos los sistemas con basamento informático.

Hay que reconocerlo: aun los más escépticos alguna vez hemos cruzado los dedos para que las caóticas profecías de Nostradamus no pasen de ser meras piezas literarias y se queden en el tintero, pero en el mundo tangible no basta con apostarle a la suerte y dejarse arrastrar a voluntad del destino; hay que tomar decisiones, actuar, prevenir…, tal y como hace casi 15 años lo hicieron las empresas y la mayoría de los gobiernos, quienes trabajaron en protocolos de emergencia para anticiparse a un latente desastre.

Entre que eran peras o manzanas, lo cierto es que en aquel entonces la cultura del pánico motivó inversiones que rondaron los 250 mil y 550 mil millones de dólares a nivel global, algo que llegó a considerarse excesivo sobre todo porque al final las computadoras respondieron de manera correcta, incluso las más viejas y de carácter doméstico, pues desde los noventa estos equipos ya preveían los cuatro dígitos del año 2000 y sucesivos.

Por aquellos días hubo hasta quienes argumentaron que sólo se trató de una estrategia mercadológica; como ejemplo, baste mencionar que en enero de 1999 comenzó el rodaje del filme norteamericano Y2K (traducido al español como Pánico en el 2000), el cual se estrenó a finales del mismo año aprovechando “casual y oportunamente” el alboroto popular y el miedo ante el hipotético caso de que todo hubiera fallado durante los primeros minutos del 2000. Podría decirse que, dentro del terreno cinematográfico, el éxito en taquilla de la película en comento no llegó ni a la media de lo originalmente proyectado, pero de que inquietó una que otra neurona y agitó millones de billeteras empresariales, eso ni dudarlo.

El “Efecto 2038”

Aunque el cómputo personal, en el más estricto de los sentidos, ya festejó sus bodas de oro, podemos asegurar que apenas desde hace un par de décadas el pulso de la sociedad comenzó a someterse irremediablemente a los caprichos de la tecnología, donde el común denominador ha tenido que ver con una dependencia extrema respecto de los programas informáticos y muy particularmente del fenómeno llamado Internet.

El comentario viene a colación porque, al igual que como sucedió con el cambio de milenio, hemos estado recibiendo pequeñas dosis de alarma y advertencias por la posible llegada de un nuevo “apocalip-sys”, cuyas implicaciones podrían multiplicarse por miles o millones debido justamente a nuestra tecno-dependencia.

A saber, han vuelto al escenario las controversias con respecto a los relojes que actualmente utilizan muchas de nuestras computadoras, aunque la oleada de especulaciones ahora gira alrededor del denominado “Efecto 2038”; se trata de un bug relativo a la codificación del tiempo en los sistemas de 32 bits, anticipándonos fallos catastróficos en enero del año 2038 y una regresión de los sistemas a la fecha del 13 de diciembre de 1901.

Varios son los puntos de vista en cuanto a este tema: hay quienes afirman que con la simple migración a los 64 bits quedaría todo resuelto (pero existen muchos sistemas antiguos basados en COBOL, por ejemplo, que sí requerirán otro tipo de soluciones); también hay los que en tono sarcástico recomiendan “poner el reloj de una PC de 32 bits en el último día del 2037 y ver si se abre un vórtice a través del tiempo que colapse al universo”; no ha faltado quien, con algo de sentido común, opina que a la velocidad con la cual evoluciona la tecnología muy probablemente los sistemas actuales estarán en la chatarra o que en 24 años no existirán equipos de 32 bits.

Podemos citar razonamientos técnicos, propuestas, ideas encontradas y hasta mensajes apocalípticos con respecto a problemáticas como la del Y2K o el Efecto 2038, pero la verdad de todo lo anterior es que vivimos en un mundo que no puede imaginarse sin las bondades de la tecnología y, por lo mismo, lo más justo sería aprovecharla para lo que fue hecha, sin olvidar -claro está- que en toda película siempre habrá buenos y villanos.

Sólo espero descubrir en qué bando podría ubicarme, pues sinceramente el nuevo filme de Johnny Deep, titulado “Trascendence”, me dejó un tanto desorientado y ahora no sé quiénes son los rudos y quiénes los técnicos, pero de ello platicaremos en nuestro próximo Securus Mundi, donde esperamos contar con su amable lectura y participación.

* El autor es Director de Soporte Técnico en HD México.

eescobar@hdmexico.com.mx

Read More
187

Views

Share
Google+LinkedInPinterest

Mexicanos crean empresa de software embebido

AGENCIA ID
sw
Dos mexicanos radicados en Europa identificaron un nicho de oportunidad en el software especializado para exportar, desde América Latina, no solo nuevos productos sino también recursos humanos altamente calificados hacia el segundo mercado más importante del orbe.
A través de la empresa de reciente creación Cualli-Software, el doctor Marcos Quintana y el ingeniero Francisco López Lira Hinojo buscan atraer a talentos, proyectos e inversión latinoamericana, en particular de México, para ofrecer soluciones al mercado europeo de software embebido; una industria en franco crecimiento debido a la tendencia tecnológica conocida como “Internet de las cosas”.
La firma tecnológica tiene su sede en Eindhoven, Países Bajos, en una región conocida como Brain Port (Puerto de cerebros), donde se han establecido empresas de alta tecnología, tanto de la región (que incluye a Bélgica y Alemania), como de otras latitudes. Esta característica del polo de innovación tuvo como consecuencia la necesidad de captar talento de otros países, por lo que surgió la idea de crear Cualli-Software.
“El nombre de la empresa es emblemático para nosotros, ya que viene del náhuatl Cualli, que significa bueno, y eso es lo que queremos traer a esta zona, lo mejor de nuestros países latinoamericanos en torno al software embebido”, explicó el doctor Quintana.
El software embebido se refiere a todo aquel programa diseñado específicamente para controlar o generar información sobre un objeto que a su vez pueda interaccionar con otros, pero sin que dependa de una computadora para su operación. Por ejemplo, en el caso de los autos son los programas de los sensores que detectan los movimientos a su alrededor.
De hecho, industrias como la automotriz, aeronáutica, espacial o de dispositivos médicos cada vez se valen más de productos con software embebido. Y de acuerdo con valoraciones internacionales, se estima que esta industria representa cada año más de 350 mil mdd, con una tendencia de crecimiento de 4.15% para 2015.
Para Francisco López Lira Hinojo, cofundador de Cualli-Software, la idea de establecer la compañía en Europa surgió debido a que se trata del segundo mayor mercado para estos productos, después de EU, por lo que existe una “necesidad clara” de ingenieros especialistas en el área.
“El nombre de la empresa viene del náhuatl Cualli, que significa bueno, y eso es lo que queremos, lo mejor de nuestros países latinoamericanos en torno al software embebido”, Marcos Quintana, cofundador de Cualli-Software.

Read More
189

Views

Share
Google+LinkedInPinterest

Habeas data y el derecho a la seguridad

Securus Mundi

 

Por: Sebastián Sanhueza Ramos

Sebastián Sanhueza Ramos

Sebastián Sanhueza Ramos

Habeas data es un término en latín que se refiere al privilegio legal que todo ciudadano tiene de actualizar, proteger y hasta de cancelar o suprimir sus datos, especialmente cuando éstos hayan sido comprometidos en su perjuicio, afectando -por ejemplo- su privacidad, honor e imagen.

En su traducción más sobria, habeas data significa “tener datos presentes”, aunque a nivel jurídico y constitucional implica además una acción o petición formal de la persona para que algún tribunal verifique si sus datos -tanto en el ámbito público como en el privado- fueron obtenidos por un tercero de manera lícita. Este derecho ha sido reconocido expresamente en las constituciones de algunos países latinoamericanos como Argentina, Colombia, Perú, Brasil, Uruguay, Venezuela y Costa Rica.

En lo referente a México, a principios de junio del 2008 la Secretaría de Gobernación publicó un decreto por el que se adicionó un segundo párrafo al artículo 16 de la Constitución, reconociéndose por primera vez en este país el derecho a la protección de datos como una garantía individual, salvaguardando de esta manera los intereses de una persona, su familia, domicilio, papeles o posesiones mediante fundamento por escrito de una autoridad competente.

Pero más allá del terreno legal o regulatorio, debemos centrarnos en lo que a nuestra industria concierne y conocer un poco más las herramientas tecnológicas (appliances, software, servicios, etc.) existentes en el mercado y que han sido diseñadas para garantizar a los individuos y organizaciones la protección de uno de sus más valiosos activos: los datos.

Nos referimos, por ejemplo, a soluciones para el filtrado de contenido y correos electrónicos, aplicaciones para la recuperación de datos en caso de desastres, herramientas de seguridad y para garantizar el cumplimiento de la información, soluciones de resguardo perimetral, antivirus, entre muchas otras.

Justamente de dichas propuestas tecnológicas comenzaremos a hablar en este espacio pensado para ustedes y para que todos nos acerquemos cada vez más a un “securus mundi”. Espero sus comentarios y nos leemos en la próxima entrega.

* El autor es Director Regional de HD Latinoamérica.

Sebastián Sanhueza Ramos

ssanhuezar@hdlatinoamerica.com

 
[box style=”info” color=”grey”]
Desde hace cuatro años la Comisión Europea propuso celebrar cada 28 de enero El Día Mundial de la Protección de Datos Personales para generar conciencia sobre la importancia de este tema, aparte de difundir las mejores prácticas de recolección, tratamiento y procesamiento automatizado de la información personal en cualquiera de sus modalidades.
[/box]

Read More
173

Views

Share
Google+LinkedInPinterest

Big Data y su valor en los negocios

Siempre se producen debates recurrentes sobre los beneficios y los retos del Big Data. Entre otros aspectos, se ha incidido en cómo este fenómeno tecnológico impactará en la experiencia del cliente.

shutterstock_143575819_joreks
Sin embargo, la discusión apenas ha llegado a contemplar las ventajas que supondrá realmente para el usuario medio, es decir, para alguien como usted y como yo.Conforme el cliente sea más consciente del tremendo valor intrínseco que tiene su información personal, comenzará a demandar más a cambio de compartirla. De hecho, en países como Alemania, las leyes que protegen la privacidad de los datos son cada día más estrictas ante los abusos que se han producido en la materia.
Tradicionalmente las empresas europeas han atesorado importantes patrimonios en materia de información, con bases de clientes realmente fieles. Pero desde que se produjo el advenimiento de los motores de búsqueda por Internet, las redes sociales y los comparadores online, el usuario ha encontrado numerosas alternativas para hallar lo que necesita, comparar distintos niveles de servicio y encontrar mejores oportunidades. Como consecuencia, la lealtad del cliente, tan estable durante décadas, se ha ido erosionando progresivamente. Sin embargo, al contrario de lo que dictan los estereotipos, el consumidor no sólo se fija en el precio, sino principalmente en el que valor que puede obtener por el dinero que invierte, sin importarle demasiado quién le proporcione ese producto o servicio.
Cómo recuperar la confianza
Ante este panorama, ¿qué pueden hacer las marcas para revertir la tendencia y volver a recuperar la confianza del consumidor? Básicamente, situándose a su lado, no enfrente. Y, ¿cómo conseguirlo? Comprendiendo mejor sus necesidades reales, optimizando la atención que le proporciona y mostrándole mucha más transparencia con respecto a la relación que sostienen y al sistema de desarrollo de sus productos y servicios. En esta difícil tarea, el Big Data y la analítica juegan un papel fundamental.
65512
Un uso eficiente del Big Data enriquecerá la experiencia del usuario muy por encima de cualquier otra herramienta de marketing que hayamos podido conocer. Al combinar fuentes de datos gratuitas con datos del cliente de los que ya dispone, las empresas podrán proporcionar al usuario un valor añadido sin parangón. Una marca, por ejemplo, podría aunar el histórico de compras de un cliente junto a la información geográfica con la que cuenta de él para proporcionarle descuentos personalizados muy atractivos.
El mayor reto al que se enfrentan las compañías europeas estriba en superar el rechazo que ha nacido en la ciudadanía con respecto al empleo que aquellas hacen de sus datos. Existe una gran disparidad entre lo que demanda la cultura ciudadana y lo que dictamina la ley con respecto al almacenamiento y uso de información privada.
“Para obtener una mejor comprensión de las necesidades del cliente, y afianzar su lealtad y confianza, se ha de crear una relación comercial bidireccional”
El valor de la información
La demanda de servicios más precisos, personalizados y no tan comerciales crece entre la ciudadanía, a la par que las empresas buscan cómo justificar ante la opinión pública la información que de ella recopila. Pero analicemos esta situación desde una perspectiva personal, porque, después de todo, todos somos consumidores.
Como dice una máxima de la publicidad y el marketing, “si el servicio que consumes es gratuito, entonces dejas de ser el cliente y te conviertes en el propio producto”. Si le damos la vuelta a este planteamiento y pensamos en nuestros datos personales en materia  del valor que sustentan, entonces podremos empezar a considerar lo que vamos a obtener a cambio de nuestra información. Repentinamente, la idea de cómo emplear el Big Data en pro del consumidor se torna mucho más clara. Simplemente,proporcionándole al menos los mismos beneficios que se desgranan del valor de la información que él ha entregado.
big-data
Si una empresa quiere evitar la pérdida de clientes y, además, conseguir que sus datos asociados encajen con las exigencias de las leyes de protección de la información, ha de suscribir el planteamiento que indicaba anteriormente. Para obtener una mejor comprensión de las necesidades del cliente, y afianzar su lealtad y confianza, se ha de crear una relación comercial bidireccional.
Relación `win-win´
Al tiempo que los datos del consumidor se puedan emplear para desarrollar mejores anuncios publicitarios y mejorar los procesos y los beneficios de una organización, esos mismos datos podrían utilizarse para proporcionar mejores consejos de compra, así como descuentos más agresivos.
La analítica de los datos puede ayudar a las marcas a integrarse mucho mejor en la vida diaria de sus clientes. El sector retail está siendo pionero en esta materia, situando al cliente en el centro de su estrategia de negocio. De hecho, algunas de estas grandes organizaciones se están aventurando también al mundo de las finanzas para dar un servicio aún más holístico.
Por el momento, las compañías cuentan con la ventaja intrínseca de poder acceder a ingentes volúmenes de datos. Pero si quieren seguir siendo competitivas, primero habrán de aprender a usarlos.
Por Miguel Reyes, Director General de Information Builders para Latinoamérica y la península Ibérica

 
[sociallocker]Aquí lo puedes descargar [aio_button align=”none” animation=”swing” color=”blue” size=”small” icon=”none” text=”Descargar aquí” target=”_blank” relationship=”dofollow” url=”https://my.laureate.net/faculty/webinars/Documents/2013Agosto_Big%20data%20y%20la%20inteligencia%20de%20negocios.pdf”][/sociallocker] 

 
 

Read More
210

Views

Share
Google+LinkedInPinterest

Café Pendiente

“No les podemos cambiar la vida, pero sí les cambiamos su día

El Café Pendiente es un acto caritativo originario de Nápoles, Italia. La idea es desencadenar una red solidaria en la que el comensal paga su café y deja pagado uno o varios más “pendientes” para quienes no puedan pagarlo.

Este proyecto altruista funciona cuando las personas de bajos recursos económicos preguntan si hay algún café pendiente, si es el caso se le invita a un café previamente pagado por otro consumidor.

La idea nació hace más de un siglo en Nápoles, cuando un obrero tenía algo que celebrar, bebía un café y dejaba otro para quien llegara luego y no pudiera pagarlo. Cualquier local puede sumarse a la iniciativa sin más que anunciarlo a sus clientes.

Gracias a la inmensa difusión en redes sociales, ha llegado a ser un éxito varios lugares del mundo.

México se sumó a esta iniciativa en Septiembre de 2013, con una aceptación sorprendente por parte de la sociedad. A poco más de 1 año de haber iniciado, el país ya cuenta con más 550 cafeterías, fondas, taquerías, loncherías participando, traducidos en aprox. 22,000 cafés o platillos entregados al mes.

Se llama Café Pendiente, sin embargo abarca todo el menú que sirva la cafetería o restaurante: tacos, tortas, sopas, sándwiches, etc…

Para quienes desean formar parte del proyecto la confianza es muy importante, pues los comensales esperan que sus cafés sean entregados a gente en situación de calle o pobreza extrema. Por lo que, el establecimiento debe de tener a la vista un anuncio con los cafés o platillos pagados y los entregados. Cada lugar se compromete poniendo a la vista el logo y  un póster explicando la dinámica.

Para conocer más acerca de este movimiento visita http://cafependiente.org.mx/

#YoSoyCaféPendiente

Read More
516

Views