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¿Quién es el?

Despierto, me siento en mi cama, escucho pasos, a pesar de saber que vivo sólo. Me dirijo a la bañera, abro el agua caliente e introduzco mi cuerpo lentamente, giro mi cabeza al suelo y observo como mis pies se tornan rojos. Bajo las escaleras y me dirijo hacia la cocina, algo toca mi espalda, volteo, no hay nada ahí. Vuelvo en sí, me dirijo a los cubiertos, el cuchillo no está en su lugar, un recuerdo fugaz aparece, es una mano, no, es un forcejeo, el recuerdo se desvanece. Miro hacia la nada y posteriormente bajo la mirada, mi desayuno se ha abrasado, solo unos restos se han salvado.

Las luces se prenden y se apagan, volteo y hay un hombre husmeando por mi ventana. Fueron solo segundos antes de vociferar su ojeada. Me encamino a la habitación contigua, me ajusto a la butaca, la tele está apagada sin embargo un eco retumba en mis oídos, la voz grita y los muros se tornan rojos y las vidrieras estallan.  Me levanto con rapidez, mi cabeza da vueltas, permanezco inmóvil restableciendo mi equilibrio, de pronto el agobio se detiene. ¿Quién es él? Hay un hombre, un hombre tirado ante mis pies, está dormido y no despierta. Salgo de mi casa y escucho a un hombre gritarme asesino, las sirenas se acercan y las “voces también”.

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Existencia residua

Me encuentro mal herida, la gente mira mi andar y mi sangre se derrama al caminar. Los miro desesperada, pero en efecto a ellos no les importa nada, ignoran mi dolor, ignoran mi existir ¿Acaso no soy lo suficiente para llamar su atención? Mis gritos rebotan con un eco abrumador no obstante el silencio reino. ¿Cómo es que todo se ha perdido? ¿Cómo es que nadie más lo ha sentido? Comprendo que algunas circunstancias no nos competen, pero esa no es razón suficiente para condenarnos a vivir de este modo. Tal parece que la desgracia y la desdicha debe caernos para darnos cuenta de lo que es el verdadero sentir, más me niego a creer que esta es mi realidad. ¿Realidad? ¿Acaso se lo que verdaderamente es? ¿Cómo podría saberlo si mi herida jamás ha existido? ¿Cómo puedo degustar de lo bueno si lo malo jamás se ha aparecido?

La nada me invade y me paraliza, me estoy hundiendo y nadie hace nada, yo no hago nada.  El agua sobrepasa mi cabeza, cierro los ojos y me pongo a pensar ¿Acaso hay un sentido? Por que si lo hay yo no lo veo.  No siento odio, no siento amor, solo siento mi abandono.

A lo largo de los años, he creado mi propio engaño, mi propia felicidad en base ¿A qué?, No lo sé, ¿Placer? No, el placer se ha ido, se ha olvidado y  no tengo deseos de irlo a buscar. Todo tiene una razón ,por que todo lo que hago lo hago por mí, si, tal vez sea egoísta, pero ¿Es de egoístas buscar la felicidad?, Yo no lo creo, sigo las reglas tal cual están establecidas, no le hago daño a nadie, no me hago daño a mi sin embargo, no tengo aire, me sigo hundiendo, intento respirar lanzó una bocanada, no veo nada, transcurre un segundo, de estos se siguen minutos y ahora son horas ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ¿Acaso estoy muerta? Me estoy ahogando, es como el auténtico sonido de la muerte, otro gemido involuntario sale de mi boca, no me duele nada en realidad, pero todo es dolor en sí. Pido clemencia por un minuto más, solo quiero aprovechar la vida que se me ha escapando.

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