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¿Aprender un nuevo idioma?

La pregunta más frecuente después del monólogo de 9 lenguas de Matthew Youlden ha sido: “Impresionante, pero ¿y qué? ¿Qué se gana sabiendo más de un idioma?” Es una pregunta justa, cuya respuesta se presenta en forma de unas cifras sustanciosas e indiscutibles.

Dinero: es lo que quiero

Hace poco, en el Freakonomics podcast se preguntó exactamente lo mismo, intentando calcular específicamente la rentabilidad de la inversión (ROI, del inglés Return of Investment) que se hace para aprender un segundo idioma. La premisa de este podcast tiene algunos errores. Intentar cuantificar el beneficio de saber un segundo idioma en términos estrictamente económicos, es como intentar determinar el sabor de una hamburguesa calculando tan solo su contenido de calorías. Pero atengámonos a sus análisis por un momento. ¿En qué consisten sus primeros descubrimientos? Según el equipo de Freakonomics, aprender un nuevo idioma aumentará tu salario únicamente en un 2 %. Si ganas $30,000 anuales, ¡serán solo 600 dólares más! Con una proporción tan mínima, ¿cómo se pueden compensar las incontables horas de estudio?
Sin embargo, esta conclusión de Freakonomics se viene abajo con los resultados de unos análisis más rigurosos que muestran que, incluso en términos estrictamente económicos, la rentabilidad de la inversión es muchísimo mayor. Incluso tomando el valor nominal del 2 % del aumento de salario, si calculas el interés compuesto (asumiendo $45,000 como el salario inicial medio de un graduado norteamericano, un 1 % de aumento salarial al año y un 2 % de beneficio real a lo largo de 40 años), terminarás ganando $67,000 más al momento de jubilarte. Naturalmente, el 2 % no es más que un promedio. Se calculó que hablar alemán reportaría una ganancia extra del 3.8 % (lo que equivaldría a $128,000 al momento de retirarte).

Alta demanda y escasa oferta

Para formarnos una opinión más clara sobre cuánto merece la pena aprender un idioma extranjero, le preguntamos a nuestro amigo Rob, quien se creó un nicho lucrativo gracias a sus habilidades idiomáticas. Rob ha tenido una gratificante y excitante trayectoria profesional específicamente debido al hecho de saber numerosos idiomas.
De los idiomas que habla, considera que la mayor ventaja se la ha dado con creces el holandés, un idioma notoriamente poco apetecible para estudiar. ¿Y cuáles son las dos razones principales para que casi nadie se moleste en aprenderlo? Solo hay 23 millones de hablantes nativos de holandés y casi todos ellos hablan bien inglés. ¿Por qué molestarse en aprender su idioma, si podemos acceder al mundo de 955 millones de hablantes nativos de mandarín, 405 millones de hablantes nativos de español o 295 millones de hablantes nativos de árabe? Porque, si bien los hablantes de holandés solo constituyen el 0.32 % de la población del mundo, representan el 1.3 % de PIB mundial. Ser uno de los extranjeros que sabe su idioma ha hecho de Rob una persona muy valiosa para aquellas empresas holandesas que efectúan muchos negocios internacionales. Aunque los compañeros de Rob pudiesen hablar su idioma con una perfección del 99%, esa diferencia del 1% se convirtió en su nicho, un espacio que exclusivamente un extranjero puede explotar.

Pero el dinero no lo es todo, ¿verdad?

¿Piensas que nos hemos limitado a calcular el “valor” de los idiomas extranjeros en dólares? No hemos pasado por alto que saber otro idioma no aumenta solamente el contenido de tu cartera, sino que también le da más valor a tu vida. ¿Qué significa tener una vida rica? Como expone Rob, lo que ha enriquecido su vida son los amigos, los viajes y las experiencias. ¿Y el dinero? Bueno, ha sido una especie de efecto colateral de seguir su pasión.
 

Fuente:es.babbel.com
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La importancia de un buen servicio al cliente

La calidad en el servicio al cliente proporciona un valor agregado a tu negocio; conocer las necesidades de los clientes y satisfacerlas, es hoy en día una necesidad.

 

descarga  Un buen servicio al cliente se basa en la empatía con el cliente; el objetivo es gestionar la satisfacción a través de las percepciones positivas hacia     el servicio, logrando un valor agregado a la marca.

 El valor es la combinación de la productividad y la calidad con la que una empresa ofrece sus productos y servicios, y hace la diferencia entre los beneficios y costos percibidos por el cliente. “Ponte en sus zapatos”, hay que dar a los clientes siempre más de lo que esperan.

 Hoy en día, tener precios bajos no significa nada si un cliente no está satisfecho con tu servicio. Una gran experiencia significa que el cliente va a volver. Como regla general, si a un cliente le ha gustado tu servicio se lo dirá a 3 personas, pero si no lo hace, le dirá a 10. Más del 75% de las decisiones de compra se basan en la publicidad de boca en boca.

Así pues, ¿cómo otorgar un excelente servicio al cliente? Según Jonathan Sprinkles, comunicador, speaker y “Connection Coach”: Apreciar a tus clientes y darles las gracias por tomarte en cuenta, es sólo el primer paso. Es necesario reconocer y escucharlos, difundir la energía en torno a la experiencia que han tenido. Si cometes un error, pedir disculpas; tu voluntad de asumir la responsabilidad de la situación le proporciona seguridad. Dile al cliente cómo vas a solucionar el problema. Y finalmente, reconstruye la confianza mediante el cumplimiento de tus promesas.

Mantén a tus clientes cerca; la interacción es fundamental para su satisfacción, y trata de decirles cuáles son sus necesidades antes de que ellos mismo sean conscientes de ellas.

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