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Topless como método para promover la lectura

Cada viernes, un grupo de mujeres se reúne en algún lugar de la ciudad de Nueva York para leer y debatir sobre lo leído. Acompañan aperitivos, risas y sol. Lo llamativo es que lo hacen sin camisetas ni sujetadores. La lectura en topless, aseguran, es una cuestión de igualdad.

 
«¿Y por qué no?», se cuestiona A. Andrews. Ella es una de las fundadoras del ‘The Outdoor Co-Ed Topless Pulp Fiction Appreciation Society’ (OCETPFAS), un club de lectura que ha revolucionado la ciudad de Nueva York (EEUU) y ha acaparado titulares en medios de todo el mundo. El motivo: «Hacer de la lectura algo sexy».
Cada una de sus reuniones, casi siempre los viernes, tiene una particularidad: se hacen en topless. «Es cómodo. Cuando hace calor, ¿quién no preferiría estar sin camiseta que agobiado por una camisa o el sujetador? Los hombres van al parque [Central Park] y leen con el torso desnudo todo el tiempo. ¿Por qué no deberían las mujeres?», explica A. Andrews a Gonzoo.
Andrews hace referencia a la ley neoyorquina que permite a las mujeres ir en topless o sin camiseta en los mismos lugares que los hombres. «Muchas mujeres no saben que tienen este derecho. Y las que sí, tienen recelo. Así que decidimos crear el grupo hace cuatro años para luchar contra la ignorancia y el miedo. Lo convertimos en un club de lectura porque nos encantan los libros y pasar tiempo con personas que aman los libros», explica.
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Hombres en el club

Sus sesiones de lectura abarcan muchos géneros, aunque lo que triunfa es la literatura ‘pulp’: historias de ciencia ficción, de detectives, cómics… Publicaciones consideradas como géneros menores, baratos, y un tipo de literatura para masas, de usar y tirar. Andrews equipara ese tipo de libros a «un placer oculto», en parte, explica, «debido a que las mujeres que aparecen en las portadas de esas novelas baratas llevan tan poca ropa como nosotras».
El parque urbano de Central Park, en Manhattan (EEUU), es el lugar predilecto del club. Por su amplitud y buen tiempo, explican. No obstante, las reuniones van cambiando de lugar cada poco tiempo. No hay límite de participantes. Cada miembro lleva su propia toalla, para sentarse y acostarse, junto con algunas bebidas, aperitivos y libros para leer. Las dos o tres horas siguientes a la lectura se desvanecen hablando, comiendo, riendo y tomando el sol. «No tenemos un programa formal en el que todos leemos el mismo libro y luego discutimos. No es ese tipo de club de lectura. Pero hablamos de libros gran parte del tiempo», dice Andrews.
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Los hombres también tienen su hueco en los eventos del club. Eso sí, la asistencia se reduce a uno o dos y siempre de confianza, «no extraños que nos contactan a través de internet. Los hombres que se unen a nosotras son respetuosos y maduros. Es un placer estar en un entorno mixto donde nuestros cuerpos no son vistos como objetos sexuales».
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‘Reading is sexy’

Una de las máximas del club es convertir la lectura en algo sexy. El objetivo principal no es mostrar sus cuerpos, sino promocionar la lectura. Y la respuesta de la gente, según Andrews, es «abrumadoramente positiva». «De vez en cuando algún transeúnte nos mira de forma ‘sucia’, pero mucha más gente nos apoya y dice lo inspiradoras que somos».
«Lo único que estamos reivindicando es que las mujeres deben tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Y que no hay nada más sexual o escandaloso en el cuerpo de una mujer que en el de un hombre. Hace cien años, si un hombre mostraba su pecho era visto como un escándalo. Hoy parece ridículo. Dentro de cien años, a partir de ahora, va a parecer ridículo que alguien alguna vez pensara que el pecho desnudo de una mujer era un escándalo», concluye Andrews.
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Fuente:http://www.gonzoo.com
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