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Potencializa tu estrategia de marketing directo con MDirector

Hace poco hablábamos del gran aliado que puede ser el email marketing para tu negocio. A pesar de todos los beneficios y los buenos resultados que podemos obtener con esta herramienta, vamos a encontrarnos con un problema ajeno al emailing, y es la base de datos.
Hacerse de una buena base de datos lleva tiempo construirla, perfilarla y principalmente actualizarla. En muchas ocasiones nuestros contactos van a cambiar de correo, dan de baja los anteriores o definitivamente no van a abrir el correo que les enviamos. Es ahí donde entra una nueva herramienta desarrollada por el grupo español de mkt digital Antevenio quien recientemente lanzó al mercado una nueva plataforma tecnológica: “MDirector” 
MDirector es la primera plataforma de e-mail marketing en el mundo que incorpora la compra programática (RTB) de publicidad display en web y en social media dentro de la misma herramienta.
La plataforma permite integrar 4 canales de comunicación directa. Esto quiere decir que puedes alcanzar a tus clientes a través de: un emailng, un SMS y hacerles retargeting en Facebook o en su navegación web. 


 

El CRM Retargeting brinda a las empresas dos nuevas vías de comunicación con los consumidores, al poder combinar email y SMS marketing con social y web marketing. La recopilación de datos y cookies se lleva a cabo de una manera automatizada y no implica ningún tipo de esfuerzo adicional. Las “cookies” recogidas crearán 4 nuevas segmentaciones en la base de datos: usuarios interesados que no se han registrado, usuarios registrados, abridores de email, clicadores de email. Estos nuevos segmentos podrán ser la base de la compra programática en Facebook y en Display Retargeting.

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Para más información sobre MDirector visita su página web http://www.mdirector.com/
Con 17 años de historia, Antevenio es pionera y referente en el mercado del marketing digital en España. Fundada en 1997 por Joshua Novick,  ofrece soluciones con tecnología propia tanto para anunciantes como para editores web.

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El valor probatorio de los documentos electrónicos

Securus Mundi
Hasta la más certera de las leyes pierde su razón de ser cuando está de por medio la apreciación subjetiva o el criterio con el que una autoridad judicial deberá determinar la validez de cualquier prueba o evidencia que no estén plasmadas en papel.

Por: Fausto Escobar

Fausto Escobar

Fausto Escobar


La expresión “valor probatorio de los documentos electrónicos” se antoja un tanto especializada, técnica y legaloide, pero en un lenguaje más terrenal no es otra cosa que la aceptación de este tipo de escritos digitales como instrumentos para, por ejemplo, deslindar responsabilidades o reforzar alguna denuncia ya sea en juicios penales, civiles, comerciales, contencioso-administrativos o laborales.
Para no meternos en camisa de once varas o en terrenos que rebasan nuestro acervo y formación profesional, lo mejor será hablar de este término centrándonos exclusivamente en experiencias propias y en lo que a este espacio concierne. Recuerden que en la entrega anterior, a la que titulamos “Todos somos insiders”, mencionamos lo difícil que es determinar el valor probatorio de los documentos informáticos dentro de un posible litigio por abuso de confianza, deslealtad, transferencia de propiedad intelectual o por el robo de bases de datos.
En aquella ocasión planteamos igualmente la posible alternativa de respuesta a este último punto con los llamados “avisos de privacidad” o con la firma de contratos de confidencialidad, a través de los cuales las organizaciones están de alguna manera haciéndoles saber a sus futuros o presentes empleados que es un delito apoderarse de información generada por y para éstas.
Pero más allá de los contratos que todos conocemos, habría que preguntarse cuál es el fundamento legal conferido a, por ejemplo, los mensajes de correo electrónico o a las comunicaciones que se realizan en medios digitales. Al respecto, el artículo 210-A del Código Federal de Procedimientos Civiles reconoce como prueba la información generada o comunicada que conste en medios electrónicos, ópticos o en cualquier otra tecnología, señalando que para valorar la fuerza probatoria de la información así generada se estimará primordialmente la fiabilidad del método en que se haya obtenido, comunicado, recibido o archivado; lo anterior quiere decir que dentro de nuestra legislación los documentos electrónicos ya son aceptados como prueba y sirven a los jueces como elementos para iniciar, valorar o darle seguimiento a un determinado proceso legal por robo de datos, la divulgación de secretos, el espionaje o el hurto de los activos de una organización.
La noción tradicional de “documento” se refiere a un instrumento en el que queda plasmado un hecho exteriorizado mediante signos materiales y permanentes del lenguaje; el documento electrónico cumple con dicho requisito debido a que contiene un mensaje (texto alfanumérico o diseño gráfico) en lenguaje convencional (el de los bits) sobre un soporte (cinta o disco), y además está destinado a durar en el tiempo incluso como un medio de expresión de la voluntad con efectos de creación, modificación o extinción de derechos y obligaciones por medio de la electrónica, la informática y/o la telemática.
Influenciada fuertemente por la regulación española, el 6 de julio de 2010 entró en vigor en México la Ley de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares (LOPD), la que en ninguno de sus estatutos obliga a una empresa a poseer tecnología para la protección de datos; de hecho, no existe herramienta alguna que pueda controlar la gran diversidad de aplicaciones que mantienen datos de carácter personal (programa contable, gestor de correo electrónico, CRM, etc.), pero eso sí –como todo lo que se hace en nuestro país- dicha legislación contempla multas de hasta 320 mil días de salario mínimo para quienes la incumplan o vulneren.
Prevención para prevenir
¿Quién en su sano juicio consideraría que es un gran logro impulsar una ley para aumentar a 140 los años de prisión a secuestradores? (hasta el propio Matusalén se revolcaría de la risa por algo como esto). Además, no es mejor el que aumenta la cifra ni peor el que la disminuye; lo que en realidad importa es formular regulaciones que puedan realmente hacerse valer y que se apliquen “como Dios manda”.
Este último comentario viene a colación porque podrá haber infinidad de leyes, pero hasta la más certera de ellas pierde su razón de ser en la práctica cuando está de por medio la apreciación subjetiva o el criterio con el que un juez deberá determinar el grado de valor probatorio de cualquier documento que no esté en papel (pensando en un entorno ideal donde no existe la corrupción), lo cual implica cuestionar aspectos como su integridad, inalterabilidad, veracidad y exactitud, y todo ello sin contar que la mayoría de estos funcionarios no tiene la más mínima preparación técnica para operar computadoras y, por consiguiente, no sabe trabajar con este tipo de documentos.
Para ejemplificar lo anterior, recientemente asesoramos a una empresa que sufrió el robo de su información por parte algunos empleados del área de Soporte Técnico. Se presentó una denuncia formal en una delegación, para lo cual se aportaron pruebas (correos de entrada y salida con la base de datos de los clientes); asimismo, se pudo comprobar que el Director de Ventas se envió hacia un correo personal las direcciones, números telefónicos, facturas, etc. de esos clientes.
Este “ejecutivo” contó con el apoyo de cuatro cómplices, a quienes se sorprendió realizando llamadas y ofreciendo a los clientes del directorio robado los mismos productos y servicios que brindaba la compañía en la que este grupo estaba laborando, aunque a precios más bajos… ¡Ahora sí que hicieron una empresa dentro de la empresa!, pero -aun con tantos indicios y testimonios- el Ministerio Público no supo interpretar los elementos de prueba, por lo que salomónicamente se declaró incompetente para llevar el caso y, lo peor de todo, los implicados en tan descarado fraude terminaron creando un nuevo negocio presentándose desde entonces como expertos en seguridad informática.
El colmo de la impunidad: estos delincuentes están ofreciendo cursos de etical hacker, y dicen quienes los conocen que continúan robando las bases de datos de sus clientes… ¡vaya justicia!

Mientras tanto…

Así las cosas, y lejos de los aspectos legales, tanto las personas como las empresas tienen en la prevención la mejor receta para proteger sus datos, lo que implica contar con mecanismos de seguridad, evaluar perfectamente el tipo de información sensible, hacer un inventario de riesgos, adoptar medidas de control y mantener una sobrevigilancia con respecto a estos factores, todo lo cual se circunscribe en los llamados “protocolos de prevención”, mismos que deben ser especificados y aceptados por las partes que tienen o que están a punto de comenzar una relación ya sea comercial o laboral, siempre tomando en cuenta que existen diversos soportes para mover y almacenar la información sensible.
Pero no basta con proteger el conocimiento sino impedir también los problemas técnicos, pues muchas empresas tienen dificultades para restringir el acceso de los usuarios a su información; a varias se les complica igualmente cumplir con las regulaciones en materia de privacidad y protección de datos, mientras que otras no cuentan con la capacidad para detectar casos de robo… ¡esa es la cruda realidad!
 

* El autor es Director General de HD México.

(fescobar@hdmexico.com.mx)

 

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Oficina en la nube con Billage

Cada vez son más las pequeñas empresas que a la hora de gestionar su negocio, apuestan por soluciones en la nube.

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En los últimos años la oferta se ha multiplicado, desde actores “clásicos” que intentar captar mercado adaptando sus soluciones al cloud, a nuevas empresas que nacen directamente en la nube y que cuentan con la ventaja de no tener que arrastrar “viejas” estructuras.
Una de las más interesantes en el panorama actual es Billage, un servicio, que a diferencia de otros proyectos más verticales, ofrece en un mismo producto facturación on-line, gestión de proyectos y CRM, de modo que el usuario puede gestionar casi la totalidad de su negocio desde una única aplicación. Billage está especialmente orientado a emprendedores y microempresas y desde 9 euros al mes (hasta 29 euros en su versión Pro), cualquier usuario puede empezar a trabajar con sus herramientas. Billage acaba de presentar además nueva versión y se adapta en tiempo real a todas las novedades que se introducen desde las distintas administraciones.
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Programa de facturación on-line
En su módulo de facturación on-line Billage permite controlar el ciclo de ventas completo (oferta, pedido, albarán, proyectos, gastos, factura), gestión de stocks con múltiples almacenes (posibilidad de integración con TPV), agrupar ingresos y gastos en distintas líneas de negocio o trabajar con distintas familias de productos.
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Billage permite en este terreno el uso de plantillas personalizables, generación de facturas periódicas e incluso ficheros adaptados a SEPA, de modo que podamos trabajar con cualquier país de la Unión Europea.
CRM
Un buen CRM debería estar entre los productos de cabecera de cualquier pyme. No sólo permite trabajar de forma eficaz con nuestros clientes sino que unifica una fuerza comercial que en caso contrario, tiende a actuar “por su cuenta”.
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En el caso de Billage nos encontramos un producto que entre otras cosas nos permite trabajar con calendarios compartidos, tareas colaborativas, creación de oportunidades de negocio, etc. y exportar información para poder poner en marcha todo tipo de acciones de marketing.  Es cierto que con programas como Salesforce podemos trabajar con un software más completo, pero también lo es que si nuestra empresa no está especialmente orientada al desarrollo de acciones de marketing, tampoco lo vamos a necesitar.
Gestión de proyectos
Si vuestro gestor de tareas se os queda corto, la propuesta que Billage posiciona en su gestor de proyectos os va a parecer más que interesante.  La aplicación permite facturar por hitos y por horas, trabajar con distintos roles y perfiles dentro de un mismo proyecto para así establecer el coste/hora, crear hojas de tiempo y gastos (diferenciando las horas facturables de las que no lo son) y anexar documentos a las distintas tareas. En su opción más básica, Billage nos permite hasta 1 GB de almacenamiento on-line y hasta 7 GB (ampliables) en la más avanzada.
El objetivo final es que el cliente pueda dedicarse al core business de su negocio, mientras que Billage se ocupa de todo lo demás.

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